La Academia
Calle Río de Monelos, Nº2, bajo 3 15006 A Coruña.
info@academia13razones.com
Telf: 655 727 977
Atrás

Venus prehistóricas ¿Las primeras modelos?

Venus Preshistoricas
Collage de Susana Loureda   @collage_errante

 

Urano, dios del firmamento estrellado, fecundaba cada poco tiempo a su esposa Gea haciéndola madre de dioses, titanes, cíclopes y gigantes; criaturas a las que odiaba y condenaba a vivir encerradas bajo tierra, sin poder ver nunca la luz. Gea, por el contrario, las amaba y deseaba liberarlas de las profundas tinieblas. Por eso un día trazó un plan con su hijo Saturno, que se cumplió cuando Urano,  durante la noche,  descendió para cubrir a su esposa Gea, y Saturno de un solo golpe le cortó los genitales a su padre, arrojándolos al mar. Poco a poco, surgió de allí una espuma de la que emergió suavemente una mujer, cobijada en una gran concha de madreperla. Los  céfiros, soplando levemente, la llevaron sobre las olas hasta la isla de Chipre donde las estaciones exultantes de alegría, la vistieron con un traje perenne y adornaron sus rubios cabellos con sencillas violetas. Luego la condujeron al Olimpo y la presentaron a la asamblea de los dioses. Se produjo un clamor general de admiración. ¡Ni siquiera el mundo divino había visto jamás tan seductora y perfecta imagen!

Había nacido Venus, la diosa del amor, la belleza y la fertilidad. Por eso, suele ser representada como una joven desnuda y de cuerpo armónico. Cuando en 1864, Paul Hurault, un arqueólogo amateur francés encontró una pequeña talla que resultó ser la primera representación escultórica conocida de una mujer, no dudó en llamarla Venus. Pero esta no sería la única. Desde los Pirineos franceses hasta las llanuras siberianas han ido apareciendo a lo largo de los años otras venus con características muy similares; pequeñas figuras de mujer con prominentes senos, caderas y glúteos. ¿Sería el ideal de belleza de la época? ¿Estaban representando a diosas madres? ¿O se trataba de retratos de matriarcas, que durante la prehistoria dominaron a la humanidad?…  El debate estaba abierto.

Todo el  mundo se fijaba en el cuerpo de estas estatuillas y sólo se hablaba de lo mismo. Hasta el año 1994, nadie había reparado en los tocados, cintas y faldas que algunas lucían. Fue la respetada profesora  de Arqueología Elizabeth Barber quien, por primera  vez, propuso  que estos ornamentos  podrían haber sido hechos con fibras vegetales; una idea un tanto insólita para el momento, pues se pensaba que estas representaciones paleolíticas  eran demasiado antiguas para lucir estos supuestos tejidos, que deberían haber sido inventados miles de años más tarde, cuando el ser humano se hizo sedentario y pudo desarrollar tecnologías como la cerámica o los textiles. Sin embargo Elizabeth, en contra del criterio dominante, optó por investigar el asunto y  emprendió un meticuloso trabajo cuyos resultados le confirmaron, una y otra vez, que la gente del Paleolítico Superior ya sabía utilizar fibras vegetales.

El ejemplo más famoso de estos adornos que parecen tejidos con finas cuerdas, lo encontramos en la Venus de Willendorf. Esta dama, de apenas once centímetros de estatura y treinta mil años de edad, es una auténtica celebridad, que ya ha aparecido varias veces en la literatura y en el cine. En este caso, lo que nos interesa es la compleja elaboración de su cabeza, tallada de forma tan meticulosa, que no parece una simple representación del cabello, sino más bien  una  especie de casquete confeccionado con uno o dos cordones flexibles de fibra vegetal. Otra célebre figura cuya cabeza da la impresión de estar cubierta por algún tipo de redecilla o tocado para el cabello es la Venus de Brassempouy, también llamada Dama de la capucha.

Sin embargo, los adornos aparentemente hechos de fibras, no se limitan a la cabeza. También los hay corporales, como los de algunas tallas que presentan cinturones de los que cuelgan cuerdas. Por ejemplo, la Venus de Lespugue muestra en la parte posterior, debajo de las nalgas, una especie de falda consistente en once fibras unidas a una cuerda que sirve de cinturón. Las sogas están tan escrupulosamente talladas que no sólo se aprecia su retorcido, sino incluso la pérdida de su trenzado y deshilachado hacia el extremo final.

Otro tipo de textiles grabados en este tipo de estatuillas  lo constituyen una serie de cintas que se llevan por encima de los pechos y en la parte superior de la espalda. La Venus de Kostenki nos muestra este tipo de adornos, que le confieren un carácter único.

Pero las incógnitas continúan…  ¿Serían las mujeres paleolíticas las tejedoras de  los primorosos adornos que lucen? ¿Cuándo, dónde y por qué se emplearon esas prendas de fibras vegetales? ¿Qué significado tenían?

Hay quien sugiere que servían para distinguir a una clase concreta de mujeres prestigiosas, y quien afirma, que servían como anuncios de la llegada a la pubertad, y por tanto de la fertilidad. Pero nada se sabe con seguridad.

Lo que sí es evidente es que la alta proporción y enorme extensión de estas esculturas femeninas en el Paleolítico Superior, no habiéndose encontrado ninguna representación masculina similar, es suficiente para admitir el importante papel de la mujer en aquellas sociedades prehistóricas;  mujeres convertidas en verdaderos iconos ¿De moda?

Venus de Brassempouy Willendorf Lespugue y Kostenki

Venus de Brassempouy, Willendorf, Lespugue y Kostenki